16.7.07

San Juan también cuenta


Estuvimos en San Juan trabajando junto con las dos organizaciones ganadoras de esa provincia: el grupo Retamo, de Pocito y la Unión Vecinal de Villa Don Arturo. En estas líneas les contamos las experiencias vividas.


En Villa Don Arturo las casas parecen no querer que sus techos se alejen del suelo. Tal vez para permitir ver un poco más de cielo a quien camina por sus veredas nuevas. "Por iniciativa de la Unión Vecinal y con el apoyo del Municipio estamos construyendo estas veredas, cunetas, cordones y puentes, para mejorar nuestra Villa. También damos la Copa de Leche y tenemos un Comedor Comunitario en nuestra sede social”, nos cuenta Juan, referente de la Unión Vecinal para el Concurso, mientras caminamos junto a otros compañeros hacia la plaza para ver los murales hechos por los chicos del barrio.

Ya instalados en el salón comunitario que tienen desde el año cincuenta y dos, nos cuentan que con la revista quieren “informar a toda la comunidad sobre las distintas realidades que les toca vivir, con noticias que realmente sean de importancia para el vecino, ya que los medios masivos de comunicación no se encargan de reflejar la gran cantidad de problemáticas que afectan al común de las personas, como así también intentamos que sea un canal de participación de todos los vecinos”.
Las palabras brotan llenas de propuestas que colorean las paredes pintadas de blanco de una casa social que pronto será testigo del armado de una nueva herramienta (o espacio) para este grupo de vecinos/as: la revista, “Sin Censura (Solo la verdad)”.








El Abanico
Un colectivo amarillo con el número dieciséis en su frente nos llevó hasta el departamento de Pocito, ubicado a unos veinte kilómetros de la ciudad de San Juan. Allí nos juntamos con los pibes y pibas de “Retamo” para conocernos y trabajar sobre el armado de su revista comunitaria. Luego acompañados por un solcito amistoso que nos ahuyentaba el frío recorrimos el lugar.
“El cerro es nuestro” dice un stencil pintado sobre un pequeño muro que encauza un curso de agua en “El Abanico”, un poblado al costado de un hermoso cerro Sanjuanino. La pintada fue hecha por los chicos y chicas que viven en las fincas cercanas y participan de Retamo. “Organizamos actividades lúdico educativas para los niños tomando como componentes transversales a todas ellas: la lectura, la escritura, la nutrición, el cuidado del medio ambiente, los derechos del niño, el trabajo en equipo, la solidaridad y la no discriminación”, nos cuenta Maxi, integrante de la organización, mientras recorremos las calles de tierra que unen las casas de adobe del barrio.
Con el sol ya cansado terminamos el día con unos mates en la casa de María, compañera de Retamo, conversando sobre distintas experiencias de comunicación comunitaria y sobre los pilares básicos del pensamiento de Retamo: la pluralidad de ideas, el trabajo solidario y cooperativo sobre la caridad y el asistencialimso, el origen de la pobreza y marginalidad no es la escasez de recursos sino la mala distribución de la riqueza, la pobreza no es solo falta de recursos materiales sino también falta de oportunidades y la educación como base del cambio social. Y así nos fuimos anotando tareas y pensamientos para continuar trabajando juntos para hacer realidad lo que este puñado de soñadores/as escriben en su número cero: “que todos los chicos y chicas tengan la oportunidad de ir a la escuela, para que en el futuro tengan la oportunidad de elegir y decidir sobre sus vidas”.

Fuimos viajeros: Daniel Daza (quien escribe esta nota, del equipo de coordinación del Contalo Vos) y Pablo Gareca (referente regional de la Universidad de Río IV para el acompañamiento técnico a revistas ganadoras del Concurso)

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